2012
Xavier Sala i Martín: Helenización de España (18-7-2012)
Finalmente el día 9 de julio se hizo público el Memorandum of Understanding (MoU) del rescate bancario Español. El MoU contiene la letra pequeña que complementa los anuncios grandilocuentes de los señores políticos. Lo leemos y vemos que se basa en cuatro pilares. El primero es que se va a hacer una auditoría independiente a los bancos. Eso permitirá saber qué bancos están bien, qué bancos están mal pero pueden ser viables y qué bancos son inviables.
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El segundo pilar recomienda acciones para cada uno de los grupos.
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El tercer pilar consiste en la creación de un “banco malo”. El nombre es desafortunado porque ni es un banco ni es malo. Es más bien una empresa gestora de activos inmobiliarios que se crea específicamente para comprar los activos tóxicos de los bancos.
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El cuarto pilar del MoU son las condiciones macroeconómicas y fiscales: recortes de gasto, aumentos de impuestos y reformas estructurales que los socios europeos imponen a cambio de la ayuda bancaria.
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Hay que decir que los europeos imponen austeridad porque la situación fiscal de España es insostenible: la burbuja inmobiliaria hizo que los gobiernos enloquecieran tanto como los bancos y los promotores inmobiliarios y no se dieran cuenta de que el aumento de recaudación experimentada entre el 2001 y el 2007 estaba ligado a una bonanza económica temporal que acabaría cuando los precios de la vivienda dejaran de subir. En lugar de ahorrar esa cascada temporal de dinero, los gobiernos lo dilapidaron aumentando el gasto público en un 50% durante ese periodo: AVE, aeropuertos, subsidios, regalos, cheques bebé, contratación de funcionarios, piscinas públicas, carreras de barcos, motos y coches, medicinas gratis para todos, rotondas, salas multiusos, etcétera. Sin entrar a valorar si todo ese dispendio era necesario, eficiente o socialmente deseable, lo que está claro es que no era sostenible. Era obvio que cuando explotara la burbuja inmobiliaria la recaudación pública caería en picado y generaría un monumental déficit que no se podría pagar. Lamentablemente, esa es la situación hoy y los socios europeos obligan a recortar.
El problema es que recortar los gastos y subir los impuestos en medio de una crisis solo va a agravar la situación: ¡los recortes de gasto se deben hacer cuando las cosas van bien y no cuando van mal! Por lo tanto, la austeridad que Europa impone hoy a cambio del rescate bancario, por más necesaria que sea en el medio plazo, va a tener consecuencias nefastas a corto plazo. De hecho, el impacto va a ser tan negativo que va a evitar que el Gobierno cumpla el objetivo de déficit.
Xavier Sala i Martín es profesor de la Universidad de Columbia y la Universidad Pompeu Fabra
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Lea el artículo completo publicado en La Vanguardia (18-7-2012)
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