2013
La nulidad de los ERE dificulta reflotar empresas en crisis
La nulidad de los despidos colectivos se ha convertido en la principal preocupación para las empresas que deciden reestructurar sus plantillas. La decisión judicial de anular un expediente de regulación de empleo (ERE) implica importantes consecuencias para empresas en dificultades económicas, ya que, en un momento de crisis, se les obliga a readmitir a los trabajadores y a pagar los salarios de tramitación, aquellos dejados de percibir mientras ha durado el proceso, que deben ser abonados aunque la compañía tome la decisión de presentar un recurso.
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No es un caso aislado, desde la reforma laboral de 2012, la Justicia se ha inclinado por declarar nulos los despidos colectivos por cuestiones formales durante el período de negociación entre la empresa y los representantes de los trabajadores, al margen de que la empresa esté en dificultades económicas. La desaparición de la autorización administrativa ha supuesto una mayor judicialización de estos casos, que en un alto porcentaje acaban mal para las empresas. Además, esta medida muchas veces tampoco es la mejor solución para los trabajadores despedidos, que deben iniciar todo un proceso para devolver la indemnización obtenida y recalcular lo que la empresa debe abonarles como salarios de tramitación.
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