2012
Ramón Roig Solé: Reforma y déficits estructurales (7-3-2012)
A lo largo de estos últimos años, una de las peculiaridades del mercado laboral español ha sido la marcada dualidad de derechos entre trabajadores indefinidos y trabajadores temporales. En los primeros años de la actual crisis, la destrucción de empleo entre los trabajadores temporales explicaba más del 50% de la destrucción de empleo, a pesar de su reducido peso relativo respecto al total (apenas representan el 21% del total). Esta tendencia se ha invertido, no obstante, en 2011, de tal forma que de las 352.000 personas que perdieron su trabajo, el colectivo de asalariados indefinidos aporta casi el 70% del total y el de los autónomas explica el resto, mientras que los trabajadores con contrato temporal no solo no aumenta la base de trabajadores que perdieron su trabajo, sino que incluso ha llegado a operar en sentido contrario, amortiguando ligeramente el proceso de destrucción de ocupación que estamos viviendo, con un aumento de cerca de 3.000 trabajadores más.
Es bajo esta óptica que resulta difícil cuestionar la necesidad de introducir cambios en la legislación laboral, que deberían ir enfocados a incentivar la contratación de aquellos segmentos más perjudicados por la recesión (jóvenes y parados de larga duración) o que introduzcan instrumentos de flexibilización que permitan alternativas a la destrucción de empleo en situaciones de necesidad por elementos de gestión empresarial. Y es, también, desde esta óptica que se debe valorar positivamente algunos de los elementos más destacados de la reforma laboral que ha aprobado el Gobierno, si bien es cierto que estos también merman claramente los derechos de los trabajadores.
Ramón Roig Solé es director del servicio de estudios de Catalunya Caixa
-
Ver texto completo de la columna en
(Si desea efectuar alguna consulta profesional en materia de derecho laboral relacionada con empresas, altos directivos o autónomos puede pedir cita en el telefono 934 196 212 o en esta sección)