2012
Miguel Otero Iglesias: Berlín no cederá hasta que caiga París
Pero vamos a analizar, por un momento, la crisis desde el punto de vista alemán, o sea, teniendo en cuenta el pasado histórico y el futuro a largo plazo de la zona euro. Alemania siempre ha sido el país más europeísta y federalista en Europa. De eso no cabe duda. Y también es cierto que París siempre se ha resistido a una Europa federal. Los líderes alemanes fueron de los pocos que tenían claro desde el principio que el euro no podría sobrevivir sin una unión política que lo respaldara. En 1991 el Canciller alemán, Helmut Kohl, declaraba: “No vamos a cansarnos de repetirlo. La unión política es la contrapartida indispensable a la unión económica y monetaria.” La historia le ha dado la razón, y Angela Merkel está aprovechando esta crisis para conseguir el sueño de su mentor. ¿Qué la estrategia es arriesgada? No cabe duda. Es un juego de ruleta rusa. Pero no nos olvidemos de que los alemanes tienen la sangre fría. O más bien, nos hacen pensar que son fríos y hasta temerarios, pero al final se mantienen en calma porque, al controlar el juego, solo ellos saben que no hay bala en el tambor de la pistola. Como han comentado en privado varios dirigentes chinos: “No entendemos por qué Alemania no actúa ya. Lo que está haciendo es muy arriesgado. Sabemos que Berlín todavía tiene mucha dinamita por usar”.
Todavía no la usa porque todavía no ha llegado el momento. Como ha declarado en varias ocasiones la canciller alemana, los eurobonos llegarán cuando tengamos una unión fiscal y, sobre todo, una unión política. Es decir, cuando los países de la zona euro cedan una buena parte de su soberanía fiscal a un organismo federal central emplazado en Bruselas. Desde Berlín siempre se ha visto el diferencial en la prima de riesgo como una palanca de presión para conseguir mayor disciplina fiscal y más reformas estructurales en los países de la periferia. Los dirigentes alemanes creen que los líderes de los países periféricos sólo actúan cuando tienen la soga al cuello. En parte, no les falta razón. El caso de Berlusconi es sintomático. ¿Cuántas veces Il Cavalliere prometió reformas y nunca las cumplió? Si sabes que al final la unión fiscal va a llegar, y con eso también la unión de transferencias, más vale preparar a tus socios lo mejor posible. Esta crisis debe servir de lección. Así piensa Merkel y así se lo ha dicho a los dirigentes chinos.
Miguel Otero Iglesias es profesor de Economía Política Internacional en la Escuela de Negocios ESSCA de París y en la Universidad de Oxford e investigador en la London School of Economics.
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Lea el artículo publicado en Expansión (9-6-2012)
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