2015
Xavier Vidal-Folch: Que viene el lobo... y acaba llegando
Igual esta vez nos hemos salvado del lobo, de un nuevo y estrepitoso crack. O al menos de una severa oleada de recesión en Europa, tras la de 2009 y su recaída de 2011. Pero habrá sido por los pelos.
Aquellos desastres llegaron por culpa de cataclismos reales. Primero fue la crisis financiera, de Lehman Brothers (2008) a la banca europea (2009). Después, la de la deuda pública periférica, iniciada en 2010 con Grecia (Irlanda y Portugal), y de la que España e Italia no escaparon hasta 2012, gracias a las palabras mágicas de Mario Draghi en su primera ofensiva: “Haré todo lo necesario para salvar al euro, y será suficiente”.
Ahora el susto bursátil parece haber sido una áspera reacción de los mercados a los malos pronósticos del FMI (o del BCE) sobre el crecimiento. Las declaraciones de dos consejeros de la Reserva Federal sugiriendo que se aplazaría la cancelación del programa de expansión cuantitativa (el helicóptero lanzando billetes); y la probabilidad de que Grecia supere el disparo al 9% de sus bonos gracias a una ampliación del período del rescate a cargo del Eurogrupo, han bastado para detener la sangría. De momento.
Pero existe el peligro de que vuelva. Porque bajo los pronósticos de papel aletean nuevas realidades, adversas.
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