Se pueden usar correos confidenciales para defenderse ante un despido

Un trabajador despedido ha sido absuelto del delito de revelación de secretos del que le acusaba la empresa para la que trabajaba por haber llevado a juicio correos internos de la compañía. Se trataba de correos confidenciales, enviados por la directora general de operaciones, que contenían datos puntuales sobre ingresos esperados por la compañía, ingresos de operaciones efectuadas, objetivos, facturación o previsiones.

El acusado utilizó estos mensajes en el juicio laboral por el despido, presentándolos como prueba documental y para su defensa, con la intención de combatir las razones económicas alegadas por la compañía para justificar el cese de su relación laboral. La información le llegó cuando ya había cesado en la empresa, sin que él hubiera participado en su ilícita obtención y de un modo que no se ha acreditado, según recoge la sentencia.