2021
Raymond Torres: Plan versus políticas aplicadas
Una de las causas del retraso en nuestra recuperación se encuentra en la brecha entre las medidas anunciadas en el BOE y su puesta en marcha. El plan de ayudas directas a las pequeñas empresas —aprobado en marzo y parcialmente frustrado por todo tipo de trabas normativas y de implementación en las diferentes comunidades autónomas— es solo un ejemplo que contribuye a explicar la desaparición de empresas que hubieran podido sobrevivir, y posteriormente nutrir la expansión. Otro es el Ingreso Mínimo Vital, que solo percibe la mitad de los beneficiarios potenciales.
El Plan de recuperación sigue el mismo camino de infrautilización. Según un recuento estimativo a partir del portal oficial (la única fuente de información disponible), las convocatorias cerradas o aprobadas no alcanzan 850 millones de euros, y si se añaden las que están en curso, el total es de apenas 5.700 millones. Por tanto, hay que reconocer que el porcentaje de ejecución de los 27.000 millones presupuestados es bajo. Sin duda el retraso refleja todo tipo de cuellos de botella, tal la falta de personal para formular convocatorias y verificar la validez de los proyectos, o el carácter farragoso de algunos de los procedimientos. También se evidencia la necesidad de una entidad autónoma de seguimiento del Plan.
El caso es que es el momento de emprender las inversiones más transformadoras previstas en el Plan, para así suavizar la crisis energética y aliviar la escasez de suministros que están restando fuelle al rebote de la economía.
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Nos asomamos a un escenario de costes energéticos persistentemente altos, que amenaza con generar una nueva ronda de inflación, derivada del impacto de esos costes en los precios internos. En principio, los efectos de segunda ronda deberían ser moderados, pero la depreciación del euro frente al dólar —la moneda de referencia para los intercambios de las principales materias primas importadas— añade otro factor alcista. En este contexto, y teniendo en cuenta que la mayoría de socios comunitarios están a punto de recuperar el nivel de actividad precrisis (lo que no es nuestro caso), el BCE no tardará en anunciar un repliegue gradual de sus estímulos. Ante este previsible giro, urge aplicar las medidas prometidas.
- Raymond Torres es director de coyuntura de Funcas.
- Lea el artículo completo en El País, 21-11-2021
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