2015
Manuel Lagares: La economía española a mitad de año
En las últimas semanas han proliferado opiniones y análisis que niegan o ponen en duda la recuperación de nuestra economía contrastando fuertemente con los de organismos internacionales y analistas privados de aquí y de otros países, que la sitúan entre las pocas economías desarrolladas con una evolución favorable en los últimos meses. Muchos creen que estamos saliendo de la recesión en que nos encontrábamos hasta el tercer trimestre del pasado año, aunque nadie bien informado considere que hayamos superado la crisis, pues esa superación exigirá de bastante más tiempo y de políticas de mayor alcance, aún pendientes de aplicar o solo parcialmente ensayadas.
Quienes consideran que la recuperación iniciada en el tercer trimestre del pasado año se ha parado en el segundo trimestre de este año y en los meses ya transcurridos del tercero se fundamentan en media docena de hechos. El primero, en la desaceleración experimentada en los últimos meses por las exportaciones de bienes, que hasta ahora constituían el único motor de nuestra incipiente recuperación. El segundo, en el peso creciente de los contratos temporales y a tiempo parcial en el conjunto de los nuevos empleos que se están creando. El tercero, en el aumento acelerado de la deuda pública, cuyo volumen se aproxima a cifras que casi igualan a la producción anual del país. El cuarto, en la apreciable incertidumbre que está produciendo la actual desaceleración de la economía mundial. El quinto, en la eclosión de situaciones bélicas en los últimos meses, limitadas pero muy peligrosas por su intensidad y proximidad. Los conflictos religiosos-tribales de Irak, Siria y Libia y los fronterizos pero no menos preocupantes de Ucrania son, entre otros, ejemplos de esos graves riesgos que afectan ya negativamente a la economía española. Por último, el sexto y quizá más importante, en que no se está cambiando sustancialmente la estructura de producción que existía antes de la crisis, lo que hace pensar fundadamente que falta mucho aún para superarla.
Sin embargo, los datos de la Contabilidad Nacional correspondientes al segundo trimestre del año, publicados ayer, desmienten esa visión tan pesimista. En primer término, porque confirman la tasa, ya avanzada en las últimas semanas, de un crecimiento del PIB en términos reales del 0,6% en el segundo trimestre, frente al crecimiento del 0,4% en el primero de 2014 y del 0,2% en el último trimestre del pasado ejercicio, lo que ha conducido a un aumento real del PIB de un 1,2% en los doce meses finalizados en junio frente al crecimiento del 0,5% de los doce que finalizaron el pasado marzo y que puede conducir a más de un 1,5% a finales de este año. En segundo lugar porque, aunque es cierto que las exportaciones de bienes se vienen desacelerando últimamente, es lo que cabe esperar cuando se desacelera o decrece la producción de los países que las adquieren, que es lo que está ocurriendo ahora. No obstante, las exportaciones españolas han aumentado ligeramente su cuota global de mercado mientras que las de otros países tradicionalmente exportadores las reducían.
Manuel Lagares es Catedrático de Hacienda Pública.
Si desea efectuar alguna consulta profesional en materia de derecho laboral relacionada con empresas, altos directivos o autónomos puede pedir cita en el teléfono 934 196 212 o en esta sección