2014
Antón Costas: Exceso de capitalismo concesional y rentista
En una de mis clases de esta semana un alumno del programa europeo Erasmus me hizo esta pregunta: ¿cuál es la causa de que la economía española sea la que más rescates está haciendo, no solo de bancos, sino de empresas privadas de infraestructuras, concesionarias de autopistas y constructoras? La pregunta tiene sentido.
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¿Qué justificación hay para estos rescates tan onerosos para los ciudadanos y la economía?
En este caso, la justificación de los rescates de concesionarias de obra pública, autopistas, aeropuertos o plantas de energías renovables no viene, como en el caso de los bancos, de la existencia de un riesgo sistémico. ¿De dónde, entonces? De la existencia de compromisos adquiridos por las diferentes Administraciones públicas en los contratos público-privados para la construcción y gestión privada de infraestructuras públicas, para la inversión en determinados activos, como energías renovables, y la gestión de servicios públicos. Compromisos ocultos, desconocidos por los contribuyentes, en forma de garantías de cobertura de ingresos, concesión de avales y otro tipo.
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¿A qué se debe este exceso? A la mayor cuantía y variedad de las garantías ofrecidas por las Administraciones públicas a los inversores, constructores y proveedores privados de infraestructuras de uso público y a la inversión en activos productivos como los mencionados.
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En estas condiciones, es lógico que el constructor, el gestor privado de infraestructuras o el inversor en plantas de energía renovables están muy interesados en llevar la inversión al infinito. Su negocio está en construir e instalar. Estarían dispuestos a cubrir de cemento todo el campo español. Si después la demanda no cubre esa inversión y no genera retornos que cubran su coste, ya vendrá la Administración al rescate. Se origina así una situación de sobreinversión.
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Un esquema de este tipo inevitablemente da lugar a la aparición de amistades peligrosas entre política y negocios; entre políticos, constructores y buscadores de rentas. El resultado ha sido la aparición de un capitalismo concesional y rentista. Un capitalismo sin riesgo. Un ejemplo es el actual sistema eléctrico español, que en muchos sentidos ha dejado de ser una actividad industrial para convertirse en un negocio financiero orientado a la extracción de rentas.
Antón Costas es catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona.
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