2015
Lo que suceda en su empresa le puede llevar ante el juez
Dónde acaba la responsabilidad del directivo y empieza la del consejo de administración? ¿Hasta qué punto puede un ejecutivo alegar desconocimiento sobre algún acontecimiento que haya sucedido en la propia organización y que haya derivado en un delito? Las respuestas a estas preguntas son tan variadas, como las ocasiones en que altos responsables de compañías han acabado en los tribunales.
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Un director de área y un presidente ejecutivo no solo cobran distinto. La posición que ocupe un ejecutivo dentro del organigrama de la organización afecta a su nivel de responsabilidad u obligaciones, pero también a sus derechos. “La nueva legislación ha otorgado el protagonismo esencial al deber de diligencia, de funcionar como un empresario ordenado”, opina Fernando Sacristán, profesor de Derecho Mercantil en la Universidad Rey Juan Carlos. “Ya no se puede ser ignorante: el ejecutivo debe implicarse como administrador, conocer las distintas áreas de la compañía y actuar de buena fe”. Javier Hervás, socio de KPMG, subraya que la figura del alto cargo no existe desde el punto de vista jurídico. “Hay directivo común, alto directivo y ejecutivos, cada uno de ellos con pactos y responsabilidades distintas”. Así, la relación contractual de un director de área se rige por el derecho laboral común, mientras que la de un director general entra en la categoría de “laboral especial de alta dirección” y la de un presidente o consejero es mercantil.
En el contrato se desarrollan y matizan varios aspectos (blindaje, confidencialidad, etcétera). Por eso se dice en el sector legal que cada ejecutivo es un mundo.
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